VIAJE A CERDEÑA, SEPTIEMBRE DE 2007

Aprovechando las fiestas mateas un grupo de miembros del Club decidimos irnos a bucear a Cerdeña. Como muchos sabéis una compañía de bajo costo, http://www.ryanair.es/ , vuela todos los días desde Gerona a Alguero, lo que está haciendo que muchos buzos estén descubriendo los paisajes subacuáticos de esa isla italiana.

El plan inicial era bucear cerca de la ciudad aeroportuaria, pero problemas de alojamiento, nos hicieron desplazarnos hasta Palau, al Norte de la isla. Queda para otro viaje conocer la zona de Alguero.

El paisaje de la costa de Palau está caracterizado por los grandes bloques graníticos erosionados por el viento y el mar, pero sobre todo por la cercanísima presencia del archipiélago de la Magdalena y por la de la vecina Córcega.


Los cuatro primeros días los pasamos fundamentalmente buceando. Hicimos un total de 10 inmersiones con el Centro de Buceo Nautilus, http://www.divesardegna.com/ . Del centro de buceo se ha reseñar la comodidad de su barco, y la enorme amabilidad y simpatía de David, Guía-Instructor español que por entonces estaba allí (ahora está a la espera de salir hacia un nuevo destino en Méjico, le deseamos lo mejor).

De las inmersiones lo primero que nos enamoró fue la visibilidad. Acostumbrados a nuestros maravillosos domingos en el Cantábrico, ver a tanta distancia casi nos desconcertó, pero rápidamente nos habituamos, ayudados sin duda por la agradable temperatura del agua.

La sensación de volar sobre los mismos paisajes graníticos que veíamos en superficie hizo que el viaje mereciera la pena. La visión de grandes meros, barracudas, nudibranquios, corales, etc. completó nuestro disfrute. La guinda creo que fue bucear en el pecio Angélika.

Terminado el buceo, y ya que estábamos allí, decidimos terminar la semana conociendo un poco la isla mediterránea. Capo Testa, Porto Cervo, Tempio y el último día, antes de coger el avión, Alguero, nos dejaron en el recuerdo agradables sensaciones de una tierra amable y acogedora.

De ese postre post-buceo hay que destacar el día que dedicamos a un paseo en el velero Mephisto, del que terminados encandilados.
En resumen, una semana estupenda: por el buceo, por la isla y sus gentes, y sobre todo por el grupo: ni una mala cara en toda la semana y muuuuuuuuchas risas.

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